miércoles, abril 30, 2008

¿Y si nos mudamos? 2ª parte

(continúa de ¿Y si nos mudamos?)

Todo estaba listo: contratos sellados, todo pagado. Nos entregarían la llave el día 1º de marzo. Ahora teníamos que conseguir los muebles para el apartamento, y cómo mover todos nuestros corotos desde el dorm hasta el nuevo sitio.

Conseguimos muchos muebles gratis o muy baratos. Siempre hay estudiantes internacionales que están terminando sus maestrías o doctorados y que tienen muchas cosas que ya no necesitarán más. Por ejemplo, Andrea consiguió su cama gratis, se la dió un guatemalteco que regresaba a su país. También consiguió así escritorios, gavetas y demás. En el dorm una muchacha italiana pegó una propaganda de que vendía todo lo que tenía, y a muy buen precio. Ella nos vendió la mesa del comedor con sillas, un sofá-cama, mesita bajita japonesa, colchones para sentarse en el piso, armarios y una muy buena nevera. Una asistente del dorm nos regaló su arrocera electrónica. Un brasilero nos vendió otro sofá, un TV de 21'' y una bicicleta montañera de 21 velocidades. Así conseguimos muchas cosas que necesitábamos por una fracción de lo que valdrían en la calle.

El resto de las cosas las tuvimos que comprar nuevas. Horno de microondas, horno tostador, hornilla IH (inducción de calor), y los más caro hasta ahora: una lavadora-secadora. Ajá, ¡es dos máquinas en una! Lo único malo es que, por diseño, tarda mucho tiempo en secar, como 4 horas por una carga de ropa.

Yo me di el lujo de comprarme ciertas cosas caras. Primero, un futón, y era un futón de lujo. También me compré una almohada de plumas. Es que me quedó una muy buena experiencia de dormir en futones con almohada de plumas en Okinawa y en el gasshuku; siempre me levantaba muy bien reposado y lleno de energía. Compré unas cortinas a las que llamo "The veil of darkness" (El velo de la oscuridad). Son anti-luz, anti-calor, anti-ruido y anti-económicas. Al ponerlas mi cuarto queda aislado del resto de Japón. Es perfecto para dormir hasta tarde sin que te despierte el sol o los carros.

Teníamos que contratar los servicios de gas, luz, agua e internet. Lo único relevante es que, al contratar a NTT como proveedor de internet, por una promoción del mes, me regalaron 2 000 Wii points. Éstos son unos puntos que puedo utilizar para comprar juegos para el Wii a través de internet. Increíblemente nos dieron 10 000 puntos (equivalen a USD $ 100) para la tienda Yodobashi Camera. Es una tienda de como 8 pisos de todo en tecnología, desde USB pen-drives hasta lavadora-secadoras, pasando por juegos de Wii. Usamos esos 10 000 puntos para que la lavadora-secadora nos saliera más barata.

Y en cuanto a burocracia, había que notificar a la municipalidad que uno se muda para que los recibos del seguro de salud lleguen a la nueva residencia. También hay que notificar a la compañía de celulares y bancos.

Habiendo comprado todo había que orquestar la mudanza. No teníamos dinero para pagar una compañía de mudanza de verdad. Alquilamos un camión y el mexicano y el tailandés nos hicieron el favor de manejarlo. Ellos se sacaron la licencia de conducir de Japón. En el camión se fueron hasta Nagoya (~3 horas) para buscar la cama gratis de Andrea. Luego pasaron por la casa del brasilero para el sofá y TV, luego la casa de la italiana para los otros corotos… Los pobres estuvieron manejando todo el día. Como agradecimiento Andrea y yo los invitamos a cenar yakiniku, que es un tipo de carne a la parrilla estilo coreano.

Ahora tengo casi dos meses viviendo aquí. El sitio es genial. Tengo un cuarto más grande, nadie ensucia la cocina o el baño, quepo en la ducha sin darme golpes contra las paredes, tenemos un cuarto aparte para TV e invitados… es genial.

Para que vean lo que digo les voy a dar un tour fotográfico por la casa.

Así se ve la entrada desde adentro.



Como notarán, tenemos un getabako, o caja para colocar los zapatos. Los invitados, al llegar, se quitan su calzado y lo dejan ahí. Como toda buena casa japonesa, aquí sólo se entra descalzo.



Y ahí están los Crocs de Andrea. No le es suficiente con un par.

El baño tiene una distribución japonesa. Es decir, la poceta está en una habitación, y el ofuro (tina japonesa) y lavamanos están en otra. Como la habitación del ofuro no tiene llave tenemos un cartón que indica si se puede pasar. Está escrito en inglés estilo japonés.



Dentro de la habitación del ofuro hay un lugar para la lavadora. Normalmente los japoneses secan su ropa en tendederos, así que no hay espacio para secadora. Pero, como somos más astutos, tenemos una lava-secadora de Mitsubishi.





La razón por la que la lava-secadora tiene una manguera es para reciclar agua. Normalmente se utiliza agua del ofuro para lavar la ropa, de modo de desperdiciar lo menos posible. Recuerden que esto es una isla con no mucha agua dulce. Y no hagan cara de asco. Cuando los japoneses se van a bañar, lo primero que hacen es lavarse con agua y jabón antes de entrar a la tina, de modo que el agua que se usa para lavar la ropa no está tan sucia.




La otra cosa interesante es el cuarto de la poceta. No conformes con reciclar el agua del ofuro también reciclan la de la poceta. Cuando uno baja la palanquita, el agua que va a llenar el tanque para la próxima descarga cae por un grifo. De modo que el agua que uno utiliza para lavarse las manos es el agua que se usará en la próxima descarga. Obviamente hay que utilizar productos antisépticos para evitar bacterias en el tanque.




En la sala/comedor tenemos un sofá. En el sofá tenemos un boken (espada japonesa de madera), reminiscencia del club de aikido. El boken es nuestra arma teórica contra improbables ladrones nipones.





La sala-comedor no es muy grande, pero es suficiente.



Para poder usar banda-ancha de NTT se necesita un modem. Como el modem no tiene entradas suficientes se necesita un hub. Para telefono-IP se necesita otro modem, para mi red inalámbrica que uso para el Wii y la laptop se necesita un router wireless. Para poder hablar con mi abuela por teléfono se necesita un teléfono-IP. Resultado:




La foto de la cocina me quedó movida, pero me dio flojera tomarla de nuevo:



Los cuartos dan directamente a la sala, no es un apartamento muy grande.




Mi cuarto es estilo japonés. Con piso de tatami, futón y puertas corredizas. Ahora está bastante espartano, no tengo ni siquiera una mesita de noche.




Tenemos una habitación más, que ahora la utilizamos de estar y sala de invitados. Tenemos un futón extra y un sofá-cama, así que podemos recibir humildemente a un par de peregrinos.




Como no tengo donde poner la laptop estoy utilizando la mesita japonesa como mi escritorio. Desde ahí escribo estas líneas.

El cuarto de Andrea es estilo occidental, es decir, piso de no-tatami. Es un poco más pequeño que el mío, pero a ella no le gusta los cuartos tradicionales.


Por último, tenemos un balcón… la vista no es gran cosa.





No hay fotos de nuestro edificio porque, como dije antes, parece muy viejo.

Muy bien, ahora estoy listo. Tengo donde vivir con comodidad hasta que termine el post-grado. Me gustaría comentarles cómo me está yendo con la maestría, pero eso requiere de otro post (-;

lunes, abril 14, 2008

¿Y si nos mudamos?

Desde que llegué al dormitorio sabía que no iba a estar ahí el tiempo que dura la maestría. El dorm tiene una política de permitir que los estudiantes se queden máximo dos años. Eso quiere decir que si me quedaba dos años en el dorm, me tocaría uno afuera, alquilando un apartamento por mi cuenta o en un dorm privado.

Cuando regresé de mi cómodo hogar, de haber pasado mis vacaciones decembrinas con mi familia y amigos, decidí que no podía seguir en el dorm. De la máxima comodidad pasé a:

  • que la cocina de mi piso estuviera sucia cada noche, con aceites salpicados por todas partes, con un pichaque en el piso, y eso a pesar de que cada mañana era limpiada;

  • encontrar más de una vez charcos de orina al pie de las pocetas, debe ser que alguien iba al baño medio dormido y soñaba que atinaba;

  • encontrar que a veces no bajaban la palanquita…;

  • los gélidos pasillos, las reglas fastidiosas como que tus invitados se tienen que ir a las 22:00, que mi cuarto sea absurdamente pequeño, etc.

Así que estaba decidido a irme del dorm cuanto antes, a un apartamento alquilado cualquiera… pero empecé a ponerme ambicioso: un apartamento grande, con 3 habitaciones + baño, cocina, comedor, estar… mwajajajaja.

Obviamente eso no lo podía pagar yo solo. La idea era alguilar un apartamento entre dos personas. Sin embargo, el conviviente con el que había hecho los planes quería vivir cerca del otro campus, el que le correspondía a él.

Entonces tuve que buscar otra persona dispuesta a vivir bajos las condiciones que yo quería, y la conseguí: Andrea, la guatemalteca…

oye, pero, ¿y ella no es una mujer y tu un hombre?
Estee, si… ¿y?
¿Qué hay con la moralidad, no te las das de cristiano?
Pues si, pero no veo ningún inconveniente. Es una relación estrictamente profesional, y cada quien va a vivir en su cuarto, "juntos, pero no revueltos".
¿Y eso no está mal visto en Japón?
Si, pero uno no tiene que vivir pensando en lo que los demás pensarán de uno, genera demasiados inconvenientes. Además, si eres extranjero los japoneses esperan que te portes como tal, y hoy en día se conoce el concepto americano de room-mates.
Ah…

Evidentemente, ahora venía la parte de conseguir dicho apartamento. Buscar apartamentos no es tan difícil. Prácticamente cada estación de trenes tiene cerca una inmobiliaria, y hay un sinnúmero de franquicias de las mismas.

Fuímos a Eiburu (del inglés able, capaz), en la estación que me queda más cerca al campus. El área donde queríamos alquilar es la misma donde se haya el dorm, la verdad es que está en un buen sitio.

Buscar apartamento no es tan difícil, lo difícil es tener el dinero para pagarlo. Había muchos apartamentos con rentas mensuales de aprox. (USD) $ 800. 800 div 2 = 400 => lo podemos pagar. Pero la renta mensual no es el único dinero que sale de tu bolsillo. Entre el depósito por si rompes el apartamento, seguro contra terremotos, la tarifa de la inmobiliaria, control de plagas, primer mes por adelantado, y "dinero de agradecimiento", muchos apartamentos terminaban costándonos $ 6 000 el primer desembolso. Eso era impagable.

Disculpa, pero ¿Qué es el "dinero de agradecimiento"?
Dinero de agradecimiento (reikin) es un dinero que le das al casero mostrando tu agradecimiento por permitirte él alquilar su propiedad. Es un dinero que no se te regresa nunca, y suele ser alrededor de (USD) $ 2 000 ó 3 000.
¿Qué caro, no?
Seh…

Volviendo al tema, en Eiburu nos pusimos a buscar un 3LDK. Resulta ser que aquí tienen un sistema de abreviaturas para indicar cuántas y qué tipo de habitaciones tiene una casa. Primero va un número que indica el número de habitaciones genéricas, como por ejemplo cuartos de dormir. Luego hay tres letras L, D y K, que significan respectivamente Living room, Dining room y Kitchen. La letra aparece en el código sí y sólo si el apartamente cuenta con esa facilidad. Por ejemplo, si una casa dice 2DK es que tiene 2 habitaciones, comedor y cocina. Si dice 1K es que es de esos apartamentos minimales donde vives como yo vivía en mi gaveta.

3LDK era perfecto, una habitación para cada uno y una para los huéspedes (por si algún amigo o familiar que esté pasando por Japón se quiere quedar en Ôsaka sin tener que pagar hotel). Pero no conseguimos un 3LDK tal que pudieramos pagar el primer golpe. Sin embargo, conseguimos un 3DK que se veía bien en las fotos. En ese momento preguntamos cuándo podíamos ir a verlo, y ellos dijeron que cuando quisiéramos. Pues, vamos ya mismo, dije yo, y nos llevaron en el carro de la agencia a ver el sitio.

El edificio está un poco feo por fuera, no tiene ascensor y el apartamento está en un 4º piso. Me imagino que esa es una de las razones por la que estaba barato. Entramos, vimos y nos gustó. Decidimos que lo alquilaríamos.

El apartamento se halla a 10 minutos de la estación de trenes. Casi la misma distancia que hay entre el dorm y la misma. La renta es de aprox. (USD) $ 700, es decir, pagable.

Para poder alquilar el apartamento hacían falta 3 ingredientes: un sello, un fiador y dinero. Extrañamente teníamos el último.

Hanko, o sello, es la manera en que comunmente uno firma en Japón. Todos los adultos tienen unos sellos con su apellido en kanji tallado a mano. Como la talla es a mano cada hanko es único, tiene su propia huella dactilar, así que es ideal para firmar. Como soy extranjero cada vez que tenía que firmar un papel se me concedía que firmara como en occidente, escribiendo mi nombre de manera original. Pero alquilar un apartamento es algo serio, así que ese contrato requería de hanko.

Fui a una tiendita de hanko. Hoy en día los sellos los hacen en cilindros de cualquier material. Los hay muy baratos, hechos en un plástico burdo (USD $ 25), hay unos tradicionales hechos en madera, luego hay unos más finos hechos en piedras semi-preciosas, y hay unos de lujo que los hacen en marfil (alrededor de USD $ 700).

Me mandé a hacer el hanko en madera. Como no tengo apellido en kanji utilicé una manera de escribir mi nombre en kanji que yo mismo inventé. De modo que mi hanko dice Shimon en lugar de mi apellido, pero quedó muy pavo (chévere, fino, padrísmo…). Incluía el estuche en cuero de vaca, y dentro del mismo está una especie de esponja/tintero. La tinta que se usa para hankear es siempre de color rojo.





Para los curiosos: Shi- lo escribí con un kanji que principalmente significa niño, pero también significa persona. -mon lo escribí con un kanji que significa escuchar. Es decir, "la persona que escucha", o eso es lo que digo que significa. Algunos me han dicho que lo interpretan como "el que escucha a los niños". En ambos casos, los japoneses están de acuerdo en que es increíble que me lo haya inventado solo, además, es un nombre con connotación muy positiva, suena a algo que un padre japonés utilizaría para nombrar a su hijo.

Lo único que nos faltaba era el fiador, o hoshônin. La universidad de Ôsaka puede hacer las veces de fiador, siempre y cuando uno viva: a) solo, b) con un familiar, o c) con una persona de tu mismo género. Andrea es mujer, y no nos vamos a casar para alquilar un apartamento. Tuvimos que recurrir a nuestros tutores, para ver si en su bondad nos hacían las veces de fiador. El mío me dijo que no, porque en Japón eso no se estila… El de Andrea no contestó…

Gracias a Dios, Andrea le pidió el favor a un profesor de un museo, amigo de ella. Él es antropólogo, especialista en latinoamérica, vivió en Guatemala y México unos buenos años, así que comprendía y entendía nuestra situación y decidió firmar "mientras no huyan del país y me dejen una deuda a mi".

Sellamos los contratos, pagamos lo que había que pagar y estábamos listos para mudarnos. Pero este post ya está largo. Continuará …